jueves, 10 de noviembre de 2016

Fe fuerte. fe débil.

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Llama la atención en algunos análisis
de la realidad de la Iglesia
el tono quejoso-resignado
y la carencia de una firme esperanza en la fe.

Estas personas han pensado
que es algo esencial a la Iglesia
que sea un campo de batalla
entre la verdad y la mentira.

La Iglesia que triunfa
sobre toda carencia de verdad
es una dimensión escatológica
de la esperanza;
pero como tal
es ya fundamento y motivo
para el ánimo y la confianza
y no para la queja y la acusación.

Tras esa postura de la fe
en apariencia tan radical
se encuentra no una fe fuerte
sino una fe muy débil.

Walter Kasper.
Introducción a la fe. Pág.16.
Sígueme, 1989.




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